Marcha gay llenó las calles de San Pablo
San Pablo - Más de tres millones de personas con adornos y ropajes multicolores colmaron ayer las avenidas Paulista y Consoloçao de San Pablo en la tradicional Parada Gay para celebrar el orgullo homosexual y manifestar contra el racismo, el machismo y la homofobia, dijeron los organizadores.
Desde primeras horas de la tarde hasta entrada la noche, 23 tríos eléctricos (camiones con potentes equipos de sonido desde donde tocan bandas musicales) animaron a la multitud que no dejó espacios vacíos en el largo recorrido de la Parada, que reúne a gays, lesbianas, bisexuales, homosexuales y simpatizantes.
El año pasado según las estimaciones policiales, la Parada Gay congregó a 2,5 millones de personas, cifra que el libro Guinness registró como un récord mundial entre las demostraciones homosexuales. Este año la Policía evitó divulgar sus cálculo de asistentes.
El alcalde de San Pablo, Gilberto Kassab, y los ministros federales Marta Suplicy (Turismo) y Orlando Silva (deportes) acompañaron el desfile para expresar su apoyo a la lucha contra la discriminación.
"Brasil es cada vez un país menos prejuicioso", dijo Kassab. Suplicy, en tanto, asguró que "esta es la mayor parada del planeta. Nuestra ciudad muestra cada vez más que respeta las diferencias."
Entre miles de globos, formando arcos con los colores del arco iris, "drag queens" con trajes de plumas, travestis con sus mejores galas, musculosos jóvenes en apretados calzones deportivos, y cariñosas parejas femeninas, los vendedores de helados y refrescos aprovechaban para hacer su negocio.
El gobierno del estado más populoso y más rico de Brasil dispuso un sistema de seguridad con cientos de policías uniformados y de paisano para garantizar el orden y la tranquilidad en una concentración que atrae a más de 300.000 turistas que llegan de otros puntos del país y del exterior.
La Parada Gay, según la agencia municipal SPTuris, es el evento que atrae mayor número de turistas a San Pablo, más que los que llegan para la carrera de Fórmula 1 en Interlagos y casi tantos como los que van al Carnaval de Rio de Janeiro, y que el año pasado dejaron al comercio local más de 65 millones de dólares.
La Parada Gay de ayer se dio en un clima previo hostil después que una multitud de evangélicos, estimada en un millón de personas, desfiló el jueves pasado en San Pablo, en la llamada Marcha para Jesús, para reafirmar su fe cristiana y condenar las opciones homosexuales.
"¡Vade retro satanismo, Vade retro homosexualismo!", fue el grito del pastor André Fabiano a través de unos potentes altoparlantes.
En Brasilia, 187 diputados y 28 senadores vinculados a grupos religiosos, católicos y evangélicos, intentan evitar la aprobación de una serie de leyes a favor de la homosexualidad, como la de consagrar la homofobia como delito, o las de legalizar la unión entre personas del mismo sexo y el cambio de sexo .
A lo largo de las avenidas Paulista y Consoloçao, también se estacionaron 14 ambulancias y puestos médicos para atender cualquier emergencia entre la multitud.
"Por detrás de la multitud colorida, se lucha contra el prejuicio y por la conquista de derechos garantizados constitucionalmente, pero negados con vehemencia por algunos sectores de la sociedad", dijo la abogada especializada en derechos homosexuales Sylvia María Mendonça do Amaral.
En su opinión "ese es el objetivo de la Parada: mostrar a la sociedad que los homosexuales existen, que hacen parte de nuestra sociedad y que -exactamente por eso- ansían un tratamiento igual a los heterosexuales, de los que sólo se diferencian por la opción sexual".
AFP
Foto: AFP.
ASISTENCIA. Se calcula que la marcha superó la asistencia del año pasado, cuando 2,5 millones de personas se congregaron en las calles de San Pablo.
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